Los individuos con trastorno límite de la personalidad son el equivalente psicológico a los pacientes con quemaduras de tercer grado. Están emocionalmente en carne viva; incluso el más mínimo roce o movimiento puede crear un inmenso sufrimiento.
En los ámbitos de la psiquiatría y la psicología, cuando determinamos un diagnóstico o acuñamos un término, es inevitable que caigamos en generalizaciones y que perdamos de vista lo humano y lo particular. Eso nos lleva a errores de tratamiento que pueden provocar un daño irreparable. En este apasionante libro – que incluye testimonios reales tanto de pacientes como de sus allegados -, Taty Ades y el doctor Eduardo Ferreira Santos abogan por no perder nunca la perspectiva de la experiencia singular y por dar voz a los afectados. Seres humanos aterrados y confundidos que necesitan, sobre todo, ser escuchados. Las raíces de este trastorno suelen estar profundamente enraizadas en la infancia (la negligencia, el maltrato físico y emocional, ser testigo de violencia doméstica, la criminalidad y el abuso de sustancias por parte de los padres, el abuso sexual…). Traumas enterrados que pueden condenar a una vida aparentemente normal, pero lastrada por la vulnerabilidad extrema y el desamparo. Independientemente de la corriente terapéutica que se siga, tirar de ese hilo y conseguir una sana regulación emocional es una tarea delicada que requiere precisión y empatía.