La numerología no es nada nuevo, ni se trata de una moda pasajera. Desde los albores de la historia de la humanidad los números han sido una valiosa fuente de información y del mundo que lo rodea. Existen registros de esta ciencia con una antigüedad superior a los 2.500 años, época en la que vivió el gran matemático griego Pitágoras, cuya influencia en el pensamiento occidental es mucho mayor de lo que normalmente se admite. Pitágoras pensaba que los números son los cimientos del universo, que el mundo está construido sobre ellos, y que todo lo visible e invisible puede reducirse. Según esta teoría, la vibración o el tono del universo en el momento exacto del nacimiento, influye tanto en el carácter de la persona como en su destino en la vida.
En tiempos de Pitágoras, se creía que el universo había sido creado a partir de una energía vibrante, que cada número tenía un atributo exclusivo y todo lo que se necesita saber para comprender las cualidades de una persona, lugar u objeto, es el número o números que constituyen esta energía vibrante.