La comunicación es uno de los pilares básicos en nuestra sociedad; por lo tanto, es algo indispensable, que no debemos desatender, en nuestra relación de pareja.
El psicólogo y autor Christian De Selys indica que es uno de los principales problemas de las parejas que acuden a su consulta. Parece como si no hablaran el mismo idioma. Muchas carecen de habilidades y estrategias para comunicarse de forma adecuada, y al final esta falta de herramientas se interpreta muchas veces como falta de ganas, desmotivación, incomprensión, etc. De hecho, un error muy habitual, en el que caen muchas personas, es el de dar por hecho que el otro ha de adivinar lo que se espera de él para satisfacer a su pareja, que en una relación no hay que decir abiertamente lo que se quiere, hay que insinuarlo, y además el otro tiene que estar preparado para adivinarlo, como si el amor tuviera propiedades mágicas que nos convirtieran en clarividentes.
En su libro Amor y desamor nos da estas 6 claves para mantener una comunicación sana con nuestra pareja.
- Pide, no exijas
Es mejor una petición que un reproche o una exigencia. De ese modo estás demostrando respeto por el otro, y eso siempre favorece la comunicación. Es muy distinto pedir «¿podrías no jugar con el smartphone mientras hablamos?», a decir «¡cuando estemos hablando, quiero que dejes a un lado el teléfono!». O lo que es lo mismo: es mucho mejor pedir que imponer.
2. Pregunta, no acuses
Es preferible hacer preguntas a lanzar acusaciones. Si acusas directamente a alguien, activas su sistema de defensa y eso equivale a bloquear cualquier posibilidad de fluidez comunicativa. Hay un importante matiz entre preguntar «¿me estás escuchando?» y decir «¡no me escuchas!».
3. Critica las acciones, no a las personas
Llevamos toda la vida viéndolo, en la realidad de cada día, en la televisión, en el cine…, pero etiquetar a alguien en función de algo que ha hecho o ha dejado de hacer en un momento puntual es mal comienzo para una comunicación efectiva. Las críticas personales también ponen al interlocutor a la defensiva. No es lo mismo decirle a alguien «te has olvidado otra vez de sacar la basura. Eres un desastre», que decirle de una forma más asertiva, aunque signifique lo mismo, «te has olvidado otra vez de sacar la basura. Últimamente estás muy despistado; ¿te preocupa algo?».
4. No acumules negatividad
No acumules emociones negativas sin comunicarlas. Cuando te guardas pensamientos, emociones, malentendidos…, no los estás pasando por alto, los estás reprimiendo, y eso es muy distinto. Reprimir es siempre dañino porque tarde o temprano lo reprimido acabará erupcionando como un volcán, y lo hará quizá en el momento menos apropiado.
5. Las discusiones, de una en una
Es de lo más habitual empezar a discutir con tu pareja por un tema determinado y que se convierta en un intercambio de reproches que abre las compuertas a todos los asuntos pendientes, grandes o pequeños, que estén en ese momento sin resolver. Tampoco es correcto recurrir siempre a los mismos reproches cuando la discusión sube de tono. Si algo del pasado ya se habló y se perdonó, no tiene por qué estar regresando a las discusiones constantemente.
6. Evita generalizar
En la comunicación oral informal de cada día, es normal valerse de estas generalizaciones para decir cosas como «¡siempre llueve los sábados!» o «¡nunca encuentro aparcamiento!» pero en cuanto analizas la oración en detalle, te das cuenta de que no es cierto. A la hora de comunicarte con tu pareja, es preferible evitar términos como siempre y nunca, o todo y nada, porque no es lo mismo.